El bosque cubrió sus picos, El jardín asomó la frente Septiembre ha muerto y las dalias El aliento de la noche quemaba. Pero en una bocanada de escarcha Uno de los muertos Solo tu eres la reina de la rosa Fragante y magnífico. A pesar de las pruebas crueles Y la maldad de un día agonizante Eres contornos y respiraciones En la primavera me soplas. 18 de septiembre de 1885 |